Buenas noches y gracias por venir a esta conversación
acerca de mi libro más reciente, Mitos de nuestra humanidad: relatos de
siempre para hoy.
Tengo seguidores de lo que escribo en mis blogs, temas
acerca del conflicto fundamental y las pequeñas batallas entre el autoritarismo
y la libertad, el conflicto manifiesto en dictadura versus democracia. Pero el
15 de enero del 2018, el día de la Masacre del Junquito me pareció que
escribirle a mi audiencia cautiva, a mi coro convencido, no era suficiente. Tenía
que ir más allá de la opinión coyuntural de un incidente trágico y penetrar la
estructura del conflicto. Tenía que romper la burbuja y hablar en un lenguaje
más amplio, para un público más universal.
Trece episodios, que llamo viñetas, describiendo mediante situaciones y personajes familiares algunos de los elementos que conforman y transforman la democracia; y otros contra los cuales lucha de manera permanente.
El Dr. Asdrúbal Aguiar habló acerca de un tapiz de imágenes que evoca el libro, casi oníricas. Me gusta esa descripción de Asdrúbal, pero todavía me cuesta definir el género del libro. Al final decidí encasillarlo como sátira, salvando distancias y bajo la sombra, o sobre sus hombros, en la tradición de Jonathan Swift, de George Orwell, de Aldous Huxley; o tal vez Voltaire cuya despiadada demolición del conservador y “el mejor de los mundos posibles”, es especialmente afín. El Dr. Loris Zanatta habla acerca de la asociación de la iglesia medieval con el argumento de que, si Dios creó el mundo, el mundo es perfecto. A fin de cuentas, Dios no hubiese hecho menos que eso; el hombre no tiene porqué tratar de mejorar la obra de Dios. Es dogma de fe y la razón por la cual surge la inquisición en aquel momento.
No es descabellado trasladar este argumento a nuestro mundo moderno, más seglar. La fe dogmática en un sistema de gobierno basado en el control absoluto de un sistema que ha creado un mundo perfecto acarrea las mismas consecuencias vividas durante la inquisición de represión, tortura y muerte de opositores de la fe. La Dra. Beatrice Rangel ha hablado acerca de la persistencia de estructuras medievales en Latino America; podemos agregarle la inquisición al andamiaje. Líderes autocráticos como Kim Jung Un, Vladimir Putin o Nicolas Maduro son los defensores de su fe y de su sistema, y son conservadores en su máxima expresión. Ellos quieren mantener a toda costa “el mejor de los mundos posibles” en sus territorios. El cambio y la renovación son anatema en sus mundos.
Ese es el dilema que enfrenta Galileo en la viñeta Viene de vuelta basado en es leyenda según la cual él dijo “pero se mueve”; una viñeta sobre la intolerancia al cambio y que argumenta a favor del método científico como herramienta para mejorar la condición humana – porque ésta siempre es mejorable, es perfeccionable, siempre cambia, se mueve.
Explorar el pensamiento liberal nos lleva a extraños lugares que de cierta manera ya conocíamos. Pensemos nuevamente en aquel cuento de la Cenicienta. Este cuento en particular, el cual utilizo en la última viñeta, Érase una vez… es muy popular y tiene un trasfondo que hace que lo sea. Muchos políticos, e incluso ideologías, utilizan su atavismo para calar en el consciente y subconsciente. Puesto de manera sencilla, el cuento habla de un pasado donde todo era maravilla, de la ruptura con ese paraíso a un presente bajo la dura explotación diaria, y de un futuro maravilloso logrado a través de una intervención transformadora. Tres etapas en la manera como se desarrolla la vida, identificable por muchos como el Jardín del Edén, el valle de lágrimas, y el retorno al Paraíso. Dicho de otra manera, la inocencia de la niñez, la vida en madurez, y la muerte.
Por eso el cuento de La Cenicienta cala, nos vibra. Por
eso el Comunismo Marxista cala, vibra, describiendo en su Manifiesto un
tiempo pasado idílico en donde no existía el dinero, y un bello futuro donde
todo será para cada quien según su necesidad, de cada quien según su habilidad
– después de la revolución. Por eso el Make America Great Again, y todo
nacionalismo restaurador, cala, vibra. La promesa de redención y vida futura regresando
a un pasado de maravilla donde todo estaba bajo control es un anhelo fundamental
del ser humano y proviene de esas tres etapas de la vida: la inocencia bajo la
tutela paternalista, rota al morder el fruto de la sabiduría y aprender que cada
día es un día más cercano al día de nuestra muerte; la madurez y la lucha
diaria por la supervivencia en un mundo lleno de incertidumbres; y la esperanza
de una nueva vida que nos alivie de esta lucha por el pan diario, nos libre de
esas incertidumbres. Por eso toda religión tiene un Cristo, un Krishna, un
redentor… un revolucionario.
Mi padre, el escritor y analista político Carlos Rangel, identificó estas mismas tres etapas del mito arquetípico aplicadas a la historia política latinoamericana en su libro Del buen salvaje al buen revolucionario. Destaca en este libro la concepción mitológica europea del paraíso del buen salvaje [visualizada en estos lienzos que nos rodean esta noche]; la destrucción de ese paraíso por el conquistador; y el advenimiento del redentor, el buen revolucionario, que llevará a Latino América al nuevo paraíso, salvando a los desposeídos de sus conquistadores y explotadores, los crueles imperialistas y capitalistas. Identifica, detalla y demuele con su libro una versión más de ese mismo relato mítico incorporado en El Manifiesto Comunista de Marx y Engels. Este mito y sus secuelas, argumenta Rangel, ha sido y es una traba, una tara, un defecto frenando y desviando el desarrollo del potencial de la región. Es un buen libro, ese Del buen salvaje… les recomiendo que lo lean; otra vez.
Yo pudiese hablar mucho más de estas cosas y, de hecho, lo hago en el epílogo del libro. Pero hay otras facetas del libro Mitos de nuestra humanidad que quiero destacar esta noche.
Hablemos del formato y los artistas. Desde artículos noticiosos hasta memorándums en nuestro trabajo, la variedad de la forma escrita nos reclama la atención a diario, y exploro con el libro esta diversidad y estilos de escritura. Por ejemplo, las cadenas de emails son fascinantes, puesto que se leen desde el último mensaje hasta el primero, pero en realidad el primero es el que genera todos los otros. La viñeta Pureza explora el racismo, la inmigración, y la narrativa escrita por los vencedores, como mencionaba el Dr. Aguiar, y está estructurada como un debate entre el idealismo y el pragmatismo. Para ese debate utilicé el recurso de la cadena de emails entre la figura mítica de Drácula y Mina, la prometida del personaje Jonathan Harker en el libro original de Bram Stoker. La viñeta se puede leer como se presenta en el libro o al revés, en el orden cronológico del envío de los mensajes. Por supuesto, el libro de Stoker me sirvió de inspiración para el uso de diversos formatos narrativos, un recurso también utilizado por Stephen King en su famoso libro Carrie.
Apenas la semana pasada hablé con mi amigo Rolando
Peña, el artista asociado con esta viñeta. Me llamó desde España, donde ahora
vive. Comentamos acerca de la complejidad de este proyecto, conjugando estilos,
formatos y artistas, y lo importante que fue para mi esa interacción para
mejorar las ideas en el libro. También hace unos días me envió un mensaje
Itamar Martínez, amigo desde mi infancia, y el cual contribuyó con su arte a un
par de las viñetas. Me decía que este proyecto le había dado nueva energía para
crear y producir. Esta interacción simbiótica fue crucial en particular en la
viñeta que considero fue la más difícil de lograr, la historieta, ilustrada por
José Rafael Páez, a quien agradezco su presencia acá esta noche.
La leyenda del zombi, un muerto ambulante haciendo la
voluntad del que lo levantó de su tumba, es por supuesto anterior a George
Romero, el cineasta canadiense que inicia el género en 1968 con su película The
Night of the Living Dead. Hay un cúmulo de interpretaciones del mensaje de la
película de Romero, pero él nos dice que es un mensaje sobre el “lavado de
cerebros” en la sociedad de consumo que convierte a individuos en masas manipulables
por la propaganda. Romero dice que la propaganda comercial estimula un
consumismo desaforado y voraz, destructivo de la relación interpersonal, y
creador de la alienación social moderna, vaciando cerebros.
Utilizo la matemática como metáfora para incorporar la razón como tabla de salvación y equilibrio ante esta condición. Uso, con cierta intención irónica, el número irracional Pi como estructura para la historieta, y el diario personal introspectivo como formato. Los cincuenta primeros decimales de Pi comienzan la viñeta casi como clave secreta o subconsciente de la zombi, a quien imagino fue una profesora de matemáticas. El número de páginas de cada día son las cifras de Pi, tres páginas el primer día, una algo después ese mismo día, cuatro en el día dos, una en el día tres, cinco en el día cinco, nueve en el día ocho, y dos en el día trece. 3,141592. Los días son una secuencia Fibonacci simple: 1,1, 2, 3, 5, 8, 13. Lo último escrito por la zombi expresa una fórmula matemática, en referencia ¿enhebrada en el tapiz, según Asdrúbal? a otras partes del libro con el tema de la eternidad y la diferencia en los para siempres que nos encontramos a diario. Además, y como saludo al género cinematográfico que inspira la historieta, la suma del número de páginas de cada día más las tres vocalizaciones de la zombi es 28, un número asociado con una serie popular de películas zombi.
Todo esto está inserto en las extraordinarias
ilustraciones de José, el cual sufrió mis vas y vienes a medida que él creaba
el arte para esta compleja viñeta. Le agradezco mucho su paciencia y presencia aquí
esta noche y a también a mi hermana, Magdalena Rangel, quien hizo las páginas
del diario y diagramación de la historieta, además del diseño gráfico del libro.
Usando fábulas, relatos, mitos familiares, y elementos
de la cultura popular busco amenizar los mensajes subyacentes; hacer más
asequibles algunas de estas ideas del liberalismo. Cabalgando relatos arquetípicos
y personajes conocidos, tengo la esperanza de asociar ideas en la mente del
lector para que identifique en sí mismo ese anhelo de libertad que tiene todo
ser humano.
Ese es mi propósito, avivar la llama de la libertad, porque
libertad y democracia van de la mano. Mi propósito es defender la democracia, siempre
asediada por la tentación del control y la certidumbre que ofrece la promesa autoritaria,
opuesta al caótico proceso incierto de renovación permanente de lideres e ideas
que caracteriza a la democracia; un proceso incómodo, primo hermano de la
destrucción creativa de los factores económicos que Schumpeter dice que es fundamental
en el capitalismo. Por eso la primera viñeta del libro aboga por la
institucionalización de la renovación permanente. Por eso la última viñeta
termina afirmando que no hay para siempres.
Como mensaje final quiero reiterar que esa promesa autoritaria de orden y certidumbre es un engaño, es la promesa de Procustes, ajustando toda sociedad incauta a su medida para provecho personal. La arbitrariedad del autócrata es la verdadera fuente de la incertidumbre.
A pesar de que la renovación
permanente genera ansiedades y emociones, la institucionalidad es la verdadera fuente
de estabilidad, una promesa que sólo puede cumplirse en democracia. Por eso los
autócratas siempre arremeten primero en contra de las instituciones que
protegen la democracia. Siempre.
Nuevamente agradezco la presencia de todos ustedes en este evento, con un especial agradecimiento al Dr. Asdrúbal Aguiar por acceder a participar en la conversación y su brillante intervención, a Beatrice Rangel por su conducción siempre estelar, a Milagros Maldonado y su fundación Maldonado Education Through Art, META MIAMI, en la cual este proyecto encaja perfectamente, y a la coordinadora de este evento, Isabel Pérez, siempre atenta y solícita.
MITOS QUE CONSPIRAN CONTRA LA LIBERTAD EN VENEZUELA
A propósito del libro de Carlos J. Rangel