EPÍLOGO

 

Loren Eisley #20, Marc Lafia (2023)

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El ejercicio de la democracia es relativamente reciente en la historia de la humanidad. Aun cuando hubo intentos de institucionalizar repúblicas democráticas en la Grecia y Roma Antiguas, el destape del potencial de innovación y creatividad mediante este experimento en gobernabilidad no será completamente realizado sino hasta la revolución liberal del S. XVIII. Fue entonces cuando la idea de renovación institucional, combinada con la idea de renovación económica, el capitalismo, sacudirá al mundo. 

Este sacudón estructural resultará en una profunda transformación social, económica y política, y la noción de democracia tal como la conocemos hoy día. Conducirá a una era de prosperidad abarcando a lo sumo apenas unos 250 años de los seis a diez mil años de historia de la civilización; una era que ha creado y distribuido más riqueza y bienestar que todo el tiempo anterior, incluso a naciones que no practican la democracia por su efecto de difusión colateral. Dado el tiempo que abarca la democracia moderna, no es de extrañar que las leyendas heroicas, mitos, fabulas y todos los elementos históricos de nuestra cultura muestren un mayor sesgo hacia lo que podemos considerar como iliberalismo –el orden autoritario centrado en lealtades tribales. [1] Pero el liberalismo no surgió de la nada. Sus raíces se hallan en esos mismos mitos, leyendas y fábulas que han formado nuestras mentes durante milenios.  


ACERCA DE LAS IDEAS

Hace un tiempo fui invitado a participar en un equipo de consultoría política trabajando a favor de un candidato presidencial en un país latinoamericano. Como sucede frecuentemente en la región, un amplio espectro de organizaciones de tendencia demócrata liberal se enfrentaba a un amplio espectro de organizaciones populistas cada una calificándose (o acusando a sus rivales) de “nacionalistas”, “socialistas” o alguna otra etiqueta similar, dependiendo de la base política a la cual querían persuadir.  Resultaba claro, nuevamente, que mientras que los populistas fundamentan su relato normativo en una narrativa fácilmente transmitida de “hechos” con raíces profundas en la emotividad y una ligeramente espolvoreada racionalidad, los liberales (en la acepción del S. XVIII) típicamente hacen esfuerzos para transmitir ideas complejas con raíces profundas en la racionalidad y una ligeramente espolvoreada emotividad.

Esto no ocurre únicamente en America Latina. Es una tendencia humana natural la de aspirar el control y orden simple en vez de la incertidumbre y el desorden complicado. Hombres fuertes (no siempre hombres) pueden utilizar las instituciones democráticas para lograr y mantener poder político con la promesa de restaurar el orden y acabar con la incertidumbre. Durante los últimos veinte años hemos visto una gran ola de antiliberalismo barrer el globo, una posible reacción a esa fuente de incertidumbre y desorden que es la democracia liberal y que tuvo su pico a principios de la década de los 90 –el “Fin de la Historia” de Francis Fukuyama. 

Aquel contrato de consultoría me condujo de vuelta a un proyecto de libro que había apartado; un proyecto que busca identificar y entender arquetipos subyacentes en nuestros relatos populares comunes e interpretados dentro de una narrativa de democracia liberal. 

En un libro previo escribí un segmento sobre el poder del populismo y su narrativa emocional seductora: la promesa de satisfacer una heterogeneidad de agravios, cobijados bajo un manto de malestar general, con ideas simples, lemas contagiosos, y símbolos, colores y hasta ropaje distintivo, casi icónicos [2]. Como contra narrativa, era mi argumento, las promesas racionales del liberalismo pueden ser muy atractivas cuando se articulan: dignidad individual, trato igual y justo bajo la ley, igualdad de oportunidad, y protección de la propiedad privada—promesas que de una u otra manera frecuentemente hacen todos los candidatos durante campañas electorales democráticas (por ser las elecciones, a fin de cuentas, una idea básicamente liberal) mientras disfrutan comida local, besan bebés y declaran su amor por mamá, papá y el país. 

En aquel mismo libro propongo definir la libertad como la condición bajo la cual un ser humano tiene la oportunidad de desarrollar plenamente su potencial como tal. La libertad está en la esencia del libre albedrio; es el centro ideológico de la democracia liberal. En el presente libro yuxtapongo este paradigma de gobernabilidad con su rival, el mandato autoritario. Este último se puede definir como la condición bajo la cual seres humanos sobreviven y prosperan dependiendo de los caprichos oportunistas de un régimen cuyo centro ideológico es el derecho legítimo de concentrar el máximo poder en su líder. 

Las promesas de la democracia liberal son invariablemente rotas bajo un régimen populista, lo cual conducirá al autoritarismo. No importa si el régimen se tilda de derecha o de izquierda: la igualdad de oportunidad y de amparo ante la ley están condenadas a desaparecer y la injusticia a prevalecer. La dicotomía razón/emoción en la política y en la vida produce monstruos cuando duerme la razón. 

Si las (atractivas) promesas y reglas de un sistema liberal democrático se mantienen, inevitablemente conducirán a la rotación de cualquier líder populista cuasi-autoritario y posibles enfrentamientos violentos entre ambos sistemas y sus seguidores. La auto preservación, un instinto básico en la política, se enfrenta al principio básico de la democracia: la renovación de ideas, lideres e instituciones, sin importar lo que vino antes. Esto se enuncia frecuentemente como “fuera lo viejo, bienvenido lo nuevo”, o el más común: “¡saquen a los zánganos!” (dicho de manera decente). Este aspecto de renovación institucional periódica de la democracia es el tema subyacente en la primera viñeta: “Renovado”. 

Los viejos mitos griegos ilustran repetidamente a la sucesión de liderazgos como una secuencia de tiranos derrocados de manera violenta, a veces por sus hijos o hijas, a veces por el héroe del momento. Esos poderosos relatos, posiblemente reflejando observaciones de la vida real, tal vez los llevó a idear la renovación institucional sistemática mediante reglas y métodos con orden y, eventualmente, la democracia. Esta idea, a pesar de sus muchas fallas, parece mejor que la sangre derramada descrita en sus leyendas, teatro y relatos. Pero como en toda bella ficción, la realidad frecuentemente choca con los mejores deseos. 

Las ideologías de izquierda y derecha son deliberadamente ofuscadas por sus adeptos como medio de auto preservación política. Las bases ideológicas de estas facciones opuestas y sus metas se pueden encontrar en la época de la Revolución Francesa cuando la entonces llamada izquierda era campeona de los derechos a la oportunidad, en todas sus manifestaciones posibles, mientras que la entonces llamada derecha defendía los derechos a la propiedad, nuevamente, con toda implicación posible. Un sistema de verdadera democracia liberal busca equilibrar los derechos de oportunidad y los derechos de propiedad para lograr el mejor resultado posible para toda la sociedad. En otras palabras, para que la democracia exista y prospere, también debe existir la alternancia política y el permanente cuajar creativo generado por la izquierda (oportunidad) y la derecha (propiedad). La necesidad de opuestos para construir un todo, desde ideas y comportamientos, mecanismos y sistemas, hasta la propia humanidad, está en el contenido de todos los textos de este libro y, por supuesto, trae a la mente el antiguo concepto de Ying/Yang.

Pero esta búsqueda de la máxima autopreservación política, es decir, lograr y mantener el poder sin importar el costo, conducirá a otros resultados, incluso a veces comprometiendo la seguridad de una nación y sus ciudadanos. Partidarios de izquierda y derecha podrán preferir alzar la retórica antagónica, con cada facción acusando a la otra de ser la antidemocrática (porque "democracia" es una de las palabras favoritas del discurso populista y autoritario moderno), la que va a “destruir nuestro país y nuestros valores tal y como los conocemos y amamos”, con el corolario de que para proteger la esencia de nuestra nación los opositores (y disidentes) deben ser silenciados, cancelados, eliminados… Llega la polarización, el extremismo se acelera y los resultados sociales positivos disminuyen. Este es el tema subyacente de la viñeta final, “Érase una vez…” que termina con la nota amarga acerca de las dos caras de la moneda del mismo cuento de hadas, sin felices para siempres, solo lucha constante. 

Es importante destacar que cuando un subconjunto de estas facciones se comporta de manera verdaderamente antidemocrática, usando su poder para subvertir normas e instituciones [3], incluso llegando hasta la intimidación y violencia política, ese comportamiento a veces es resistido (en modo heroico) en vez de colaborado (en modo de traición) por algunos miembros de la misma facción. Pero las etiquetas de traición, lealtad, cobardía y valentía dependen de los resultados y, como tales y en relación con la transformación social, son exploradas en la quinta viñeta, “Petrificado”. Es así como. desde la primera hasta la última viñeta, la intención del libro es intentar identificar qué es lo que hace funcionar y mantener ese desordenado mecanismo institucional que llamamos democracia, y las raíces que pueda tener en nuestros antiguos y familiares relatos perdurables. 


ACERCA DEL LIBRO  

Tras un estallido inicial y afiebrado de escritura hace unos años, había dejado languidecer mis reflexiones acerca de esas raíces hasta que, nuevamente, vi la naturaleza imperativa del asunto por aquel contrato de consultoría. Además, me di cuenta de la necesidad de ilustraciones que acompañaran el texto cuando este se nutre de mitos, puesto que ya tenemos imágenes estampadas en nuestra mente acerca de los mismos. De esta manera, el proyecto del libro fue concebido en su totalidad. 

La obra se presenta en trece “viñetas”, cada una centrada sobre un mito o relato arquetípico, y cada una acompañada con ilustraciones por una constelación de artistas de alrededor del mundo quienes contribuyeron generosamente a la realización de este proyecto. La interacción con cada artista me ayudó a enfocarme más claramente sobre el tópico de cada viñeta, y de verdad agradezco esta interacción y su apoyo. Los siguientes párrafos son extraídos (con algunas paráfrasis para mayor claridad) de mi correspondencia con ellos como intento de guía en la selección y creación de imágenes en el texto: 

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“…Las viñetas pueden abarcar más de un tema a la vez, incluyendo democracia como renovación, tiranía, ‘me too’, noticias falsas, la naturaleza de la vida, belleza, demagogos, negación de la ciencia, populismo, empoderamiento del individuo, diversidad, y muchos otros. Cada viñeta está escrita para ser leída rápidamente y transmitir con la historia el tema subyacente.”

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"...En cuanto a ‘Tiranía’, la viñeta se basa sobre un poderoso y tal vez olvidado mito, uno en el cual el creador de la humanidad es castigado por un dios superior por, básicamente, darles a los humanos una oportunidad contra los caprichos de los dioses…  [Prometeo] tiene su recompensa (¿redención?) en que su creación, la humanidad, surge y prospera por lo que él hizo. Sin mencionar que Zeus mismo, el tirano, ha pasado a ser un dios menor. El aspecto de autosacrificio en el héroe se explora más en una viñeta posterior, 'Petrificado’”

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“…Algunas de las leyendas de Prometeo dicen que, aun cuando él fue quien creó la forma humana modelando barro a semejanza de los dioses (como ocurre en todo mito de creación), fue Atenea, la diosa de la sabiduría, quien con su aliento trajo el barro a la vida. Esta es una parte interesante e intrigante del mito porque contine dos ideas. La primera es que Prometeo, un Dios Titán del viejo orden del universo, hace alianza con el nuevo orden del universo, una Diosa del Olimpo, para crear a la humanidad. Me sumerjo directamente en el viejo/nuevo orden del universo (en esencia la naturaleza vs. el hombre) tres veces más en el libro, anterior y directamente en ‘Renovado’, después en ‘Belleza’, e indirectamente en ‘Viene de vuelta’. El segundo mensaje contenido en el mito de creación Prometeo/Atenea es que para crear a la humanidad al igual que hizo falta lo viejo y lo nuevo, hizo falta un hombre y una mujer."

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“… [Sobre Ío masculla] Debemos tener presente la capacidad de transformación que tiene el poder. Él ha sido acusado por más de 100 mujeres de abuso verbal y sexual, de tocarlas y violarlas, sintiéndose con derecho a hacerlo por su poder sobre ellas. Eso no es aceptable. Una serie destacando ese desempoderamiento de sus víctimas es un proyecto que vale la pena." 

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  “…La viñeta de 'La burbuja' busca reflejar una dualidad antagónica entre la mentira y la verdad, y el peligro de que una añorada fantasía pueda esconder la peligrosa realidad que uno enfrenta."

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“...Al usar viejos cuentos, mitos y leyendas, uno de los propósitos del libro es arroparse con la atemporalidad de los relatos que aprovecha. Hacer cualquiera de las ilustraciones demasiado relevantes al momento que vivimos disminuye el poder en el tiempo de los mensajes… [‘El Monstruo’] se aplica a cualquier aspirante a ‘hombre fuerte’, del presente o del pasado, respaldado por cualquier despistada oligarquía política y/o económica.”

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“… ‘Copia copión te lo dice Simón’ [ilustra] muchedumbres que pueden llegar al punto de su autodestrucción manipulándoles su pensamiento mediante lemas [gruñidos] sin significado. Para escaparse de esa mentalidad de masa colectiva, los individuos tienen que reafirmar su propio ser, no importa cuán difícil. La viñeta también toca el tema de la esencia de vivir y de cómo ésta solamente se manifiesta, y estamos felices de estar vivos, a través de la conexión con lo que nos rodea y con otra gente.”

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“…[‘Pureza’ usa] los tres mensajes del Conde Tepes como una dramatización de las etapas de K-R de ira, negación, aceptación, negociación y depresión, asociadas con la certidumbre de que la muerte se aproxima [4] … su primer mensaje, el último en el texto, hace referencia directa a la segunda viñeta del libro, la del mito de Pandora/Eva, pero volteando la relación entre esperanza y desesperación; la violencia asociada a la persecución del Conde por supuesto se relaciona con la violencia utilizada por los poderosos para mantener sus privilegios (y no ser ‘renovados’)… la objetificación de Mina por sus ‘protectores’ es referencial a la tercera viñeta (‘Ío masculla’); y la interacción entre Mina y el Conde es la eterna dicotomía entre idealismo colectivo y pragmatismo individual, tema también visto en la quinta viñeta basada sobre el mito de Perseo (y representada famosamente en la película ‘Solo ante el peligro’, con Gary Cooper y Grace Kelly).”

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“La historia de La Cenicienta es uno de los relatos más tóxicos estampado en nuestras mentes desde la infancia. Envuelto en bello papel de caramelo y espolvoreado excesivamente con azúcar, desempodera de manera abismal a las mujeres y crea expectativas nada razonables para los hombres. El poder del relato es que se deriva de una idea que ha hecho retroceder al progreso y desarrollo de la humanidad a lo largo de la historia (y la cual mi padre refuta dentro del contexto de América Latina en su libro más famoso [5]; la idea de que la existencia tiene tres etapas: una del paraíso perdido, una de sufrimiento, y una del paraíso recuperado. En La Cenicienta hubo un tiempo de abundancia, hay tiempos de sufrimiento, y hay un felices para siempre guiado por un poderoso y mágico redentor. Esto, por supuesto, es el mito cristiano (entre otras variantes religiosas), pero también es el mito marxista, lo cual lo hace ser uno poderosamente incrustado en tantas sociedades. El origen de este arquetipo viene de las etapas de inocencia infantil, maduración (fruta del conocimiento del mito Eva/Pandora), y racionalización del propósito de la vida (vida en el más allá o, para los marxistas, el futuro inalcanzable).  Pero estos mitos terminan desempoderando al individuo y distrayendo del aquí y ahora…”

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Amigos, colaboradores y conocidos usando con gran amabilidad su tiempo para leer porciones y borradores iniciales del texto me han hecho, entre otros generosos comentarios, dos observaciones. La primera es que las breves viñetas han despertado su curiosidad y hecho querer explorar algo más el relato o el tema. Esa era una de mis intenciones, encender esa curiosidad. La segunda es más bien una pregunta acerca de que si pudiesen venir más relatos así en el futuro. 

De entre la amplia gama de relatos en nuestra trova occidental, me reduje a éstos. Sí pensé en algunos otros, como Midas, el Minotauro, Ícaro y Dédalo, David y Goliat (al cual hago una referencia en una viñeta), Caín y Abel, Caperucita Roja, Rumpelstiltskin, Moby Dick y varios más. Algunos pudiesen haber cabido dentro de mi arco narrativo, otros no o eran demasiado obvios y trillados. El relato del Emperador Desnudo, por ejemplo, está sobreexpuesto: un político con cruda ambición sintiéndose con derechos adquiridos al poder, la riqueza y la impunidad teje relatos fabulosos para sus seguidores. Estos partidarios creen que solamente un tonto no admiraría a un líder así cuando orgullosamente exhibe esa desafiante desnudez en la Gran Avenida o sentado en su trono de baratijas. Ninguno de los súbditos osa decir que el emperador está desnudo, no sea que le llamen idiota, traidor o se le someta a un destino peor. Un relato demasiado sobre expuesto, demasiado coyuntural. O ¿lo es verdaderamente? 

Esta aparentemente disparatada selección de relatos se usa para desarrollar un tema singular, la dualidad autoritarismo/liberalismo, desde varias facetas y dentro de una simple narrativa. La reflexión acerca de “secuelas” se lo dejo ahora a otros. Aunque… 

Había considerado el proyecto completo con doce viñetas y sus ilustraciones cuando un amigo mío, el Dr. Nemesio Mondelo, sugirió que entre los estilos de escritura incluyese una receta de cocina. Primero descarté la idea. Ya había dedicado demasiada energía al proyecto y estimaba que estaba listo. Pero tras una lectura del libro El Ocaso de la Democracia de Anne Applebaum, me percaté que sí me faltaba un ingrediente: elementos conspirativos, esenciales para el dominio autoritario.  Escribí entonces una última viñeta, “Se está cocinando”, una receta, completando así la docena del panadero. Uno de los artistas colaboradores, Andrés Salazar, batió rápidamente una composición fotográfica, incluyendo temor, sabiduría corrupta, e ideas nacionalistas, para acompañar el texto de manera perfecta. Si bien las recetas no son exactamente mitos, leyendas o cuentos, para algunos son parte de una deliciosa tradición familiar compartida, como el aroma de comida reconfortante emanando desde la cocina de nuestro tío borracho favorito. 

CJR

Junio, 2023

 


[1] El mando autoritario se asocia con el instinto tribal de “sangre y tierra”, el cual tanto la llamada derecha e izquierda pueden apropiar en cualquier momento con distintas variantes. Hugo Chávez invocando a Bolívar para luchar contra el imperialismo yanqui evoca el mismo instinto que Viktor Orbán protegiendo la pureza húngara de (inexistentes) hordas musulmanas migratorias (“la xenofobia es peligrosa, pero el patriotismo es bueno” – V. Orbán). Líderes de la retórica nacionalista desde todo el espectro político tales como Maduro, Ortega, Xi, Putin, Orbán, o Erdoğan, por mencionar unos, personeros de la Derecha-Alternativa en los EE.UU., y candidatos como Le Pen, Meloni u otros, frecuentemente usan el oportunismo para hacer causa común por conveniencia política con el nacionalismo autoritario en contraposición a principios libertarios.


[2] “Populismo, o la ceguera colectiva que conduce los pueblos al abismo”, en La Venezuela Imposible: Crónicas y reflexiones sobre democracia y libertad (2017), Alexandria Publishing House, Miami, FL.


[3] Por ejemplo, por miembros del partido polaco de Ley y Justicia en el 2015, subvirtiendo normas constitucionales y políticas para conducir las instituciones y la sociedad hacia la extrema derecha, o la coalición de Morena en el 2022, tratando de hacer lo mismo en México hacia la extrema izquierda.


 [4] Kubler-Ross, E., On Death and Dying(Routledge, 1969).


[5] Rangel, C., Del buen salvaje al buen revolucionario: Mitos y realidades de América Latina. (Monte Ávila, Caracas, 1976)